César Pérez Cuéllar (22) e Isaías Mañuico Pérez (24), hijos de agricultores, laboraban frenéticamente en su plantación de piñas. Pese al sudor que les cubría el rostro, se mostraban entusiastas y su destreza en el manejo de los equipos y el conocimiento de las plantas era, por lo demás, sorprendente. Habían sido bien capacitados para dedicarse a producir el fruto que les ha dado enormes satisfacciones, al cabo de dos años de esfuerzo y trabajo. Desde hace unos días han empezado a exportarlo a Francia y pronto lo harán a otros países de Europa, de la mano con otros agricultores de la zona de Satipo, en la selva central. JÓVENES A LA OBRA Ahora el exigente paladar de los franceses ya saborea la piña de Satipo, cultivada en su mayoría por jóvenes que han tomado la batuta de la producción, en los distritos de Río Negro y Mazamari. En una primera remesa, el 10 del presente mes exportaron 300 toneladas del producto al país europeo, con cargo a enviar otras 1.500 toneladas antes de fin de año. Según Giovanni Bernuy Jaramillo, secretario general de Cáritas-Satipo, entidad que impulsa el proyecto, los países de Europa, a excepción de España y Austria --abastecidos por Ecuador-- se han interesado por la piña peruana, por lo que hay oportunidad de ampliar aun más el mercado.
No fue fácil
Ingresar el producto a Francia no fue tan fácil como se cree. Se logró cuando una misión comercial de las empresas Diana Vegetal, con su representante Thierry Jaupitre, y Selva Industrial Sociedad Anónima (Seinsa), con su gerente general, Godfre Hemerde, y el gerente central, Lambert Pie, visitó los campos sembrados de piña de la variedad hawaiana, a fin de conocer las formas de producción y verificar la calidad sanitaria de los frutos. El mercado francés exige productos sanos sin residuos tóxicos. ¿Pero quiénes son los agricultores que lograron obtener un fruto tan cotizado? Son los productores de cuatro organizaciones de los distritos de Satipo, Mazamari y Río Negro, que recibieron el apoyo del programa Poderes, de Cáritas Perú, con financiamiento de Usaid. En total son 150 familias de agricultores que cultivan el fruto en 120 hectáreas, con asistencia técnica de Cáritas, tanto en producción y productividad, cosecha, transporte, comercialización y mercadeo de la piña. Incluso han conseguido multiplicar la producción de doce toneladas por hectárea, que antes producían, a 90 toneladas en igual extensión de tierra y con mejores frutos.
CARACTERÍSTICAS
La piña hawaiana tiene la característica de ser bastante rústica y se adapta muy bien a las condiciones de clima y suelo de esta parte de selva central, a la vez que su producción es semiorgánica. "No se requiere el uso de herbicidas, insecticidas, nematicidas y fungicidas para su producción", según explicó el ingeniero agrónomo Gustavo Calixto Aliaga, asesor del programa.
RAÚL MAYO FILIO
MÁS DATOS
Actualmente, los agricultores de Satipo venden el producto a 35 céntimos de sol el kilo, pero antes de integrarse al programa tenían que comercializar una sola piña (dos kilos) al mismo precio. Hasta hace dos años, antes de mejorar la tecnología en la producción de piña, la cosecha del fruto era cada tres años, ahora lo hacen al año y tres meses y hay fruta para todo el año.
"La tecnificación es el secreto"
Testimonio CÉSAR PÉREZ CUÉLLAR PRODUCTOR
Desde que empecé a trabajar con el programa de Cáritas asisto a las reuniones técnicas. Por eso entendí que se debía cambiar la forma de trabajo en el cultivo de la piña y para ello me esforcé bastante e hice posible la instalación y renovación de tres hectáreas con plantaciones nuevas. Antes utilizábamos para la cosecha de 500 frutos cinco jornaleros y ahora utilizo la misma cantidad de jornaleros, pero para cosechar 5.000 frutos, porque ya no rebuscamos, cosechamos de corte y en orden ya que todos los frutos maduran en una misma fecha. En los últimos años he logrado cosechar desde 60 a 80 toneladas de piña por hectárea y en épocas muy oportunas. El secreto es sin duda la tecnificación".
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